lunes, 1 de noviembre de 2010

A su memoria

Hoy murió un buen compañero de la universidad. No puedo decir que eramos grandes amigos, pero sí compartimos buenos momentos. Sé que era una persona confiable, responsable, con gran futuro y muchas aspiraciones. Estudió dos carreras al mismo tiempo que trabajaba, además de siempre tener una buena actitud con todos a su alrededor. Solo puedo pensar en quitarme el sombrero con admiración y respeto, y esperar que ahora esté descansando y disfrutando en el cielo todos los esfuerzos que hizo en su relativamente corta pero intensa vida. A su familia mi más sentido pésame, no hay palabras que puedan disolver su dolor, tan solo la esperanza de que está en un lugar mucho mejor, que encuentren pronto aceptación. Ojalá el conductor del camión que se le estampó pueda recuperar la paz, después del error tan grave que cometió. Nunca se sabe cuando moriremos, pero espero y realmente creo que él estuvo preparado para ello. Que Dios lo tenga a su lado. Gracias a él por su vida, puedo decir con seguridad que fue trascendente.

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