viernes, 31 de diciembre de 2010

Sin dormir

Y de nuevo me abandonó sin aviso alguno,
ahí estaba, molestándome hasta llegar a mi cama,
pero en el momento importante decidió irse.
Tan sólo me permitió cuatro horas cronometradas,
no quiso darme ni más, ni menos,
y en vela me tocó revivir monstruos ocultos,
pensamientos amargos, y sensaciones punzantes.

En esta larga noche de espera impaciente,
entendí lo seductor que puede ser
pretender ser alguien que no eres,
tomar decisiones que nunca hubieras tomado
siendo tu verdadero yo,
creando historias dramáticas ficticias
que deslumbran y fascinan confundiendo
lo que en realidad habita en tu corazón.

Es tiempo ya de dormir, ya hay luz,
la vida ya despertó a mi alrededor.

Es tiempo ya de dormir,
cierra tiernamente mis ojos, y
regálame una hora, te lo suplico,
necesito salir de aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario