sábado, 30 de abril de 2011

Tiempo pesado

Tengo a un gran obeso sobre mi,
no parece que intente quitarse
ni ahora, ni pronto.

Parece disfrutarlo, es su venganza
por lo mucho que lo desperdicié,
al menos es lo que me dice
con palabras fétidas y rancias.
En realidad todo su cuerpo ¡Apesta!
Tal vez tenga su enorme trasero sobre mi rostro,
restregándolo con asquerosa satisfacción,
culpándome, juzgándome.

Fue mi error, lo sé,
no corrí lo suficiente,
lentamente dejé que me alcanzara.
Tengo al pesado tiempo encima
y ahora no puedo quitármelo.

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