Te veo a lo lejos, respiro tu presencia, la fumo hasta llenar mis pulmones, la deseo, mi pecho se oprime al pensarte en la ausencia. Sé quién eres, más no a quién perteneces, tal vez mía, y tú a lo lejos, ignorando, sonriendo y callando.
Si no eres para mí, aléjate y deja tu lugar, que mis sueños aclaman a su diosa, a aquella que aún esperan, sin estar seguros de conocer. Y yo aquí, y tú a lo lejos, viviendo y muriendo, y mueres un poco más, y yo a lo lejos, muero, contigo.
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