Llegaste sola, sin aviso,
mirándome a lo lejos,
buscando, esperando.
Llegaste, en verdad sola,
y lograste hacerme dormir,
olvidar, y soñar.
Sé que no soy feliz,
sé que no lo era,
pero en mis brazos
y en tus labios,
sentí por esos momentos
lo que sentiría si lo fuera.
Pero tuviste que irte,
y te fuiste, de nuevo sola,
haciéndome despertar,
recordar, y vivir.
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