Frida mía, píntame de sonrisas y amor,
rodeado de olor a canela, y eternidad.
No olvides teñir nuestros cuerpos
con colores que jueguen por los campos,
pero agrega unos cuantos tonos
de vainilla y curiosidad.
Dibújanos mirando uno al otro,
Frida mía, amando sin edad,
ven y seamos un cuadro delicioso,
lleno de sabores a risas y felicidad...